Las causas de la obesidad son múltiples, y los factores más preocupantes de esta enfermedad son la herencia genética, el comportamiento de los sistemas nervioso, endocrino y metabólico, y el estilo de vida que se lleve en relación a la alimentación más el ejercicio.
La OMS (Organización mundial de la salud), indicó en su sitio web en mayo del 2012, que un 30% de la obesidad se atribuye a los factores genéticos, mientras que el 70% son factores ambientales. Además, agregan que al consumir una cantidad de calorías mayor a la que el cuerpo necesita, sin la actividad física necesaria, estaremos incorporando un exceso de grasa a nuestro organismo.
Tenemos que tener en cuenta que en el embarazo debemos ofrecer muchos más cuidados a nuestro cuerpo, y eso implica una buena y equilibrada alimentación, seguida de actividad física, para así, poder transformar las calorías en energía y no en grasas.
Por esto, algunos hábitos no son recomendables en el embarazo, ya que nos aumenta la posibilidad riesgos. Estos hábitos pueden ser la falta de sueño, que influye en las hormonas Grelina (que causa el hambre) y Leptina (que reprime el hambre); otro factor influyente es el NO desayunar, ya que perjudicamos la función del metabolismo; otro hábito no recomendado es el acostumbrarse a comer porciones grandes en nuestras comidas.
El no controlar la obesidad en el embarazo, nos puede provocar otras enfermedades como la diabetes gestacional (puede generar que el bebé desarrolle la obesidad y la diabetes), preclampsia (se asocia a la hipertensión, provoca hinchazón de las extremidades), partos prematuros, entre otras.
El rango normal o saludable de IMC (índice de masa corporal), según la OMS es de 18,5 a 24,9, un IMC de 30 o más indica obesidad. Por eso, debemos tener cuidado en relación a cuando y cuanto nos estamos alimentando (es preciso consultar con un especialista), sin embargo los especialistas recomiendan alimentarse equilibradamente, con los nutrientes y vitaminas en la medida justa, y siempre acompañado de ejercicios.
Pero, ¿cómo saber equilibrar los alimentos?
Los nutricionistas sugieren ingerir o incorporar en nuestra alimentación diaria los vegetales, frutas, carbohidratos, proteínas, grasas, y al menos 8 vasos de agua al día. Se debiese dividir “imaginariamente” el plato en: vegetales, carbohidratos y proteínas, en una porción de no más de un puñado de nuestra mano en cada tipo de alimento (consultar con especialista según cada caso), y comer cada 3 horas una colación saludable.
Pero ingerir todos estos alimentos sin una actividad física mediante la cual podamos quemar o transformar todas estas calorías en energías, no nos servirá de mucho, Debemos tener en cuenta que todos los alimentos tienen calorías, unos más que otros, pero si comemos “saludale” y sentados todo el día sin hacer actividad física, estaremos de igual manera desarrollando grasa.
El ejercicio en el embarazo, cuando padecemos sobrepeso u obesidad, es muy recomendable ya que podemos combatir esta enfermedad de una manera sencilla y rápida.
Dentro de las posibilidades que tenemos para cuidarnos, están las caminatas de media hora, natación, yoga, pilates, y por supuesto siempre estar activas en nuestro hogar, dejar de hacer fuerzas innecesarias y no permanecer mucho tiempo de pie.
Si logramos seguir estos simples consejos, llevaremos un embarazo estable, reduciremos riesgos en el parto, tendremos un bebé más saludable y por supuesto, también nosotros recibiremos los beneficios de una buena salud.
Recuerden que podemos comer de todo pero en la medida justa y combinada con ejercicios.
Por: CAROLINA ESPEJO GALLARDO